Los docentes de Providencia organizados en el Sindicato de Trabajadores de la Corporación junto al Comunal del Colegio de profesores, solidarizando con los colegas a contrata que siguen viviendo una injusta y arbitraria desvinculación, nos dimos cita hoy en el frontis de la Municipalidad de Providencia para manifestar nuestro descontento y solicitar a la autoridad la revisión y revocación del mayor número de afectados.
Mientras nos disponíamos a realizar dicha acción ciudadana, nos hallamos con un imagen inédita de la que se tenga memoria; el palacio Falabella cual castillo medieval estaba cubierto por una lona blanca para un evento de Jazz, cercado por vallas papales, cuidado por un piquete sobre 60 carabineros, guardias municipales, otros guardias de seguridad, carros lanza agua y el conocido “zorrillo” a la distancia, impidiendo con ello el libre tránsito de peatones sobre la acera poniente, todo un dispositivo para impedir el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos fundamentales.
¿Qué es esto? se preguntaban transeúntes, vecinos, docentes, dirigentes, estudiantes que acompañaban, periodistas de diversos medios periodísticos; y ahora Uds. lectores, a ratos la imaginación nos trasladaba al mundo feudal, el de los castillos; no entendían como el palacio Falabella, símbolo arquitectónico del italiano Guillermo Mancelli,, ocupado por la alcaldía desde el año 1948, declarado monumento nacional en 1992, lugar de celebración del centenario de la comuna en 1997, declarado como Monumento Histórico el año 1998 y embellecido por apacibles jardines, era el escenario de la negación de derechos políticos fundamentales: a reunión, a manifestación pública y pacífica, tal como lo resguardan todas las convenciones internacionales y la legislación nacional.
La concentración organizada no sería ni en la vereda, ni en la calle, sino la idea era hacer ruido en la plazoleta del palacio Falabella, misma forma utilizada en otras ocasiones. Al parecer la autoridad decidió otra cosa y Carabineros así lo informó bajo el supuesto que la cosa se desbandaría; exigieron que nos trasladáramos a la vereda del frente, con 5 minutos de “corta calles”; amable persuasión acompañado de un extraño ofrecimiento. De nada sirvieron los interlocutores: Mario Aguilar, Presidente del Nacional de Colegio de Profesores, Miriam Rabah, Presidenta Sindical, Javier Insunza, Presidente Comunal, Concejales y uno que otro profesor, para recuperar el libre tránsito y la festiva manifestación.
Momento crítico fue cuando nos manifestamos en la calle con gritos y pancartas, ante lo cual la reacción de Carabineros no se hizo esperar, presto ahora para disuadir a los manifestantes, y, al mismo tiempo, resultó impresentable e insólita la presencia del fotógrafo oficial de la municipalidad tomando fotografías a los asistentes a la manifestación y de algunos personeros de la Corporación que observaban, verificando quizás quiénes eran los que se manifestaban. Finalmente primó la cordura y la acción pacífica, los dirigentes caminaron hacia la oficina de partes para entregar una carta abierta a la Sra. Alcaldesa para exigir la reintegración de las y los colegas desvinculados, carta que finalmente se entregó y que ponemos en su conocimiento:
“La cantidad de docentes desvinculados y la escasa claridad en los criterios definidos, da cuenta de un proceso desproporcionado que amenaza al sistema educativo comunal y pone en riesgo la calidad e integralidad de la educación en Providencia.
La Corporación de Desarrollo Social ha declarado públicamente que los despidos de este año se encuentran dentro del promedio histórico anual, sin embargo, es de conocimiento público para todos quienes trabajamos en los establecimientos de esta comuna que esta situación es totalmente inaudita.
El despido de docentes que cumplían funciones de asesorías de centro de estudiantes, tenían excelentes resultados en evaluaciones nacionales, cumplían roles de jefatura de departamento, dictaban programas asociados a filosofía y formación ciudadana, unido a quienes ejercían roles gremiales y sindicales, da cuenta de una realidad heterogénea, pero que en su conjunto expresan una nueva política comunal. Esta nueva política nos genera una profunda preocupación, ya que quienes seguiremos trabajando en los liceos y colegios de la comuna nos cuestionamos en torno a qué perfil profesional es el esperado dentro de la comuna.
Por otra parte, el argumento económico asociado a la reducción de la planta docente municipal, no concuerda con las necesidades propias de los establecimientos. Así, por ejemplo, los despidos han develado una cantidad de horas disponibles que implicarán la contratación de nuevos profesionales, lo que contradice el criterio de ajuste expuesto públicamente por las autoridades municipales. Más aún, cuestionamos que sean criterios económicos aquellos que se sobrepongan a los pedagógicos, al definir la toma de decisiones al interior de la comuna; sobre todo porque se contradice el fin de desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje alineados al ideal de calidad con el que, supuestamente, las autoridades comunales están comprometidos.
Por los motivos expuestos y por la necesidad de resguardar el desarrollo del sistema educativo comunal por el bien de los y las estudiantes de nuestra comuna, los y las docentes exigimos la reintegración de las y los colegas despedidos. Confiamos en que la situación debe ser revisada y la alcaldesa Evelyn Matthei debe comprometerse, de manera práctica y coherente, con avanzar en la construcción de un sistema comunal inclusivo, democrático y de calidad que se sustente en la estabilidad y calidad del trabajo docente.”
SINDICATO DE TRABAJADORES DE LA CORPORACION DE DESARROLLO SOCIAL DE DE PROVIDENCIA